Crónica escrita por Romina Herrera, a.k.a Hermana. de tigre (jajaja mi hna).
Ya se nos hizo común ver a los pendejitos vagando por las calles del gran Stgo. Hasta en Bellavista carretean los sublevados.
Se olvidaron, por ejemplo, del "te invito a mi cumpleaños de 4 a 7 pm". Ahora, entre más tarde empiece el brillo, mejor. Pero por supuesto, el buen carrete no empieza sin su buen PRE, ni termina sin una mundial "apagada de tele", claro, si es que termina.
Todos estos "fenomenos" que llaman la atención de los viejos, son debido a los aires liberalistas de mi generación, y por supuesto, de la rebeldía que nos azota.
Los permisos ya son ilimitados; ¿a qué hr. vuelves mijito?". No tenemos hora de llegada, esta pregunta ni si quiera la reconocemos. "Vuelvo a una hora decente, tipin 10 de la mañana, cuando ya se puede llamar a una casa".
¿Qué es un fin de semana sin su buen carrete?
Tenemos cualquier excusa válida pa' celebrar, vagamos toda la noche, vamos de carrete en carrete, si uno está funao, nos viramos altiro a otro, y esto es más tipico si uno de los que apaña tiene auto. Si no carreteas todos los fines de semana, eres un perno, al igual que si no tomas ni fumas. Es así que el "dancing" ya se nos hizo indispensable.
Los domingos familiares, cuando ibas a casa de la abuela, bien arregladito, peinadito, pero bien jodido por dentro, con una cara de pico que no te la sacaba nadie, ya no existen. Estos almuerzos tan cínicamente ricos fueron remplazados por el tuto, ese tan rico y reponedor sueño que alivia todo tipo de caña, y k además prepara para una buena semana escolar.
Cada asignatura, todas las horas del día, pasan lento, muuuy lento. La mayoría se duerme. Tipín miércoles o jueves, se empieza a planear la destrucción del finde, que seguramente se viene con todo.
Primer paso, se asigna el lugar del pre y se presupuestan los copetes. ¡Sí! Copete. Ya no se toma juguito o Champagne como en los malones de mi vieja. Después cachamos quien lleva hierba. Finalmente planeamos una buena mula pa' los papis: " tú te quedas a dormir en mi casa, yo en la tuya, pero en verdad pasamos la noche en la Copec".
Por obra del espíritu Santo, el finde llego. Se veía tan lejano el lunes pasado. Está todo listo y en orden. Empieza la acción, se prende la radio, ponen un Cd ( hecho en casa ) con el increíble reggeatón que hace bailar hasta al mas tímido. El ambiente ya no es el mismo. Apareció una docena de botellas de pisco, ron y vodka, y de la mano con ellas los vasos con diferentes tragos. Está todo perfecto pa' empezar el brillo.
Tipin 1.30am, están todos arriba de la pelota y listos pal próximo carrete. Entre copete y copete pasan desapercibidas las horas de la madrugada. El grupo se dispersó, nadie sabe dónde está el compañero; se sabe que cuatro murieron en el intento y quedaron botados en la segunda casa que fuimos. Los demás se fueron a sus respectivas jatos, para mañana poder saludar a la mamá que tanto los mima.
¿Las viejas se harán las huevonas o realmente lo son?. Ni siquiera sospechan un poco las maldades de sus hijos. Los siguen viendo como "el bebé de mamá", o el "conchito" de la casa, el indefenso, el que no rompe ni un vidrio, ni siquiera con las pelotas de fútbol. Si serán muy re-weonas las señoras, no viven en este mundo, no cachan nada de la vida. Todos los fines de semana los pendejos weones terminan tirados, con algún wuashito o wuachita, aunque es más común que los hombres vayan a la guerra. Pero no, las mamás insisten que sus hijos son tan bueno, que nunca han dado un beso y que se seguro llegan vírgenes la matrimonio.
Vivimos en una sociedad hipócrita, todos estos pendejos que terminan botados, agarrando con cualquiera, son seguramente de colegios católicos que los separan brutalmente por sexo.
Pero en fin, esta wea no va a cambiar, o no todavía, seguirá siendo habitual ver chupar a los pendejos en las calles o agarrándose a mocha. Todavía no se dará el escenario para ir a ver una película con la polola/o, porque en los tiempos de ahora, solo existe el free love. Además, los fines de semanas están exclusivamente ocupados con los carretes. Somos jóvenes así que relajados no más.
Muero por revivir esa ciudad donde todo está pensado, donde todo es respetado. Donde primero está la historia y luego la gente y luego la modernidad. Muero por vivir esa cultura que últimamente ha sido opacada... 
